Paola Espinosa es siete años mayor que Iván García, pero por su diminuta figura no parece. Ella es de Ciudad de México y él de Guadalajara.

Ellos son esposos y los dos son clavadistas y medallistas olímpicos de Londres 2012. Son parte del estelar grupo de deportistas mexicanos que llegó a Barranquilla a competir en los Juegos Centroamericanos y del Caribe.

Para Paola, estas justas deportivas significan el retorno a las competencias internacionales y espera "sea un buen regreso".

"Me encantaría tener una medalla para mí, para mi país. Ojalá que así sea para el comienzo de un ciclo olímpico. Todavía no tengo un año de haber sido mamá. Entonces vengo con mucha ilusión y muy motivada", dijo a Zona Cero la joven deportista mexicana.

Iván por su parte se declaró "muy feliz". "Me voy a reencontrar con las competencias después del 2016 en lo que fue los Juegos Olímpicos de Río, quiero refrendar el título de campeón de los Juegos Centroamericanos de Veracruz", indicó.

Aspiran ellos a que cuando compitan, ese fruto del amor, que apenas va a cumplir un año de nacida, esté en las gradas del Complejo Acuático Eduardo Movilla, en donde serán de los deportistas estelares.

Primero fueron muy buenos amigos "y la relación formal" comenzó en 2015, recuerda la pareja. "De un día a otro se hizo la química", afirma a Iván.

Paola reafirma esa aseveración y expresó "que todo fue muy rápido y hoy tenemos una familia bonita".

Ahora en Barranquilla siguen cosechando ese sueño de estar juntos y "con una familia".